¿Os imagináis poder pasear por Manhattan a casi 10 metros sobre el suelo? Gracias al High Line es posible.
El High Line es un parque urbano elevado que atraviesa 22 manzanas y 3 barrios en el sudoeste de Manhattan; va desde Gansevoort Street hasta West 34th Street, como puede apreciarse en el mapa de abajo.
Lo peculiar del parque es que ha sido creado sobre los rieles de una antigua línea de trenes de carga que abastecía a la ciudad. En vez de deshacerse de ellos, tuvieron la brillante idea de dejarlos en su sitio. Este fue el resultado:
A día de hoy este parque es una de las atracciones turísticas más importantes de la Gran Manzana. La gente viene a pasear, hacer deporte o picnics veraniegos.
Es posible acceder al parque desde Gansevoort Street, 14th Street (acceso en ascensor), West 16th Street (acceso en ascensor), West 18th Street, West 20th Street, 23rd Street (acceso en ascensor), West 26th Street, West 28th Street y West 30th Street (acceso en ascensor).
Tras pasear por el High Line, el otro día me escapé con las amistades a un estupendo Bierhaus alemán.Fue como hacer un viaje al pasado a la época en la que viví en Munich. El restaurante está ubicado en el número 712 de la tercera avenida, entre las calles 44 y 45 y llama mucho la atención verlo entre tanto rascacielos. Parece un espejismo. La ciudad está repleta de sorpresas…
Sólo eché de menos una cosa esencial en el restaurante: la canción que ponen cada dos por tres en el Hofbrauhaus (HB) de Munich o en el Oktoberfest. Cada vez que suena la melodía de Ein Prosit los comensales se suben a sus asientos y tras cantar, le pegan un sorbo al katxi de cerveza. Nada como acudir a un sitio así para conocer el lado consumista y descontrolado de los alemanes, que de día se oculta tras un velo de aparente seriedad y racionalidad. En el fondo son más cachondones de lo que aparentan. Aquí os dejo la archifamosa canción que vuelve locos a l@s cervecer@s:
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