¿Os imagináis ascender a un lugar “paradisíaco” a casi 2000 metros de altitud en tan sólo 20 minutos? El impacto es si cabe mayor cuando el lugar al que se accede es nada más y nada menos que la que iba a ser la casa de retiro de uno de los mayores asesinos de la historia y un palacete para recibir a los dignatarios y diplomáticos visitantes, en la montaña Kehlstein (Alpes de Baviera, Alemania).
El trayecto que va al Kehlsteinhaus (el chalet de Hitler) comienza en Obersalzberg, Berchtesgaden, a 180 km al sudeste de Múnich y a 30 km al sur de Salzburgo, Austria. Hay que coger un autobús RVO que asciende 6.5 km por la impresionante carretera Kehlstein. Los últimos 124 m hasta el chalet se recorren por un elevador situado en un túnel excavado directamente hacia abajo en la montaña y conectado a otro túnel bajo el granito del terreno.
La imagen de abajo muestra la entrada del túnel desde el interior.
El ascensor abre sus puertas a 1834 metros de altitud, en el Kehlsteinhaus (el “Nido del Águila”), que fue construido por el partido nazi como regalo para el 50º cumpleaños de Hitler en 1939 y que ha llegado hasta nuestros días por una serie de circunstancias fortuitas, que lo salvaron de ser destruido.
Las vistas son fabulosas. Desde lo alto de la montaña se divisan los pueblos Berchtesgaden, Bischofswiesen, Markt Schellenberg, Ramsau, Schönau am Königsee y diversos montes: el monte Watzmann (con una altura de 2713 metros es la tercera montaña más alta en Alemania después del Zugspitze y el Hochwanner) y el tercer lago más produndo de Alemania: el Königssee.
Por un lado, la grandiosidad y paz que emana este sitio le dejan a un@ boquiabiert@; por otro, estremece pensar que un lugar tan idílico fuera dedicado a semejante buitre.
Para entender la importancia de este lugar es vital saber su historia. En la década de 1920 los nacionalsocialistas escogieron el área de Obersalzberg para descanso de sus líderes. Aquí se edificó esta residencia de montaña de Hitler. Berchtesgaden y sus alrededores fueron seleccionados como puesto avanzado de la oficina alemana de la Cancillería Imperial. Fue por este motivo que el área se convirtió en un objetivo estratégico militar para las fuerzas aliadas durante la segunda Guerra Mundial.
“El Nido del Águila” fue encargado por Martin Bornmann y tras un período de construcción de cerca de 13 meses fue presentado formalmente a Hitler en 1939 -se dice que sólo visitó el lugar en diez ocasiones.
Dentro de las Fuerzas Aliadas hay distintos grupos que reclaman haber sido los primeros en tomar el lugar. Allí se establece que fue una unidad de la 101 División Aerotransportada.
En 1960, con motivo de la incorporación de la celebración del 150 º Berchtesgaden en Baviera, el gobierno bávaro renunció al control del edificio y, desde entonces, los ingresos se utilizan para fines de beneficencia.
Actualmente el edificio sirve como restaurante (no museo) y es una gran atracción turística por su significado histórico. Si os apetece visitarlo, a mediados de mayo de 2014 volverá a abrir sus puertas al público.
Nos vemos es siguientes entradas.
¡Saludos!
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